Críticas/Crónicas
dibujos 1984/2014
Texto de catálogo por Matilde Marín y Verónica Molas – “Dibujos 1984-2014” – Sala de Exposiciones Ernesto Farina, UPC – Córdoba, abril 2014
Contexto de obra
Siempre es auspicioso que un artista aún en una etapa muy activa de producción, haga un balance de lo realizado. Mirar hacia atrás siempre constituye un desafío y Juan Canavesi, gira su mirada y muestra en esta exposición que se realiza en la Sala Ernesto Farina de la Ciudad de las Artes en Córdoba, su intensa producción que celebra su primera exposición realizada hace treinta años, justamente en la disciplina dibujo. Presiento también que Canavesi celebra el “ser artista” y ser “vitalmente artista”, pues en esta exhibición el dibujo cruza hábilmente de vereda para recordarnos que este artista siempre se expreso de manera multidisciplinaria y los cruces con la escultura, el grabado, el libro de artista y la performance hacen al cuerpo de su obra.
Su forma de trabajo constituye un mundo especial y esencial para adentrarnos en él, con puestas escénicas, conflictos y tensiones, situaciones que puede representar pues las comprende y aportan ideas a su producción.
El dibujo que es una forma de expresión gráfica, sirve a Canavesi como herramienta para plasmar imágenes y representar la figura humana, a través de personajes que transmiten, expresan y reflejan el mundo en que vivimos.
Con un dibujo generalmente exploratorio, este artista pone énfasis en las relaciones personales de espacios conectados con la realidad.
La muestra está conformada por diferentes series de su vasta producción especialmente seleccionadas, la conforman “ Factus” producida en 1984 y realizada en lápiz conté y pastel. “Amores Corruptos” sigue a esta selección y fue producida en 1989, técnicas mixtas sobre tela donde une el lápiz y el acrílico, estas son obras de grandes dimensiones donde la línea fluye ágilmente. En “Los Atrapados” el artista cambia el soporte aunque mantiene las grandes dimensiones, esta serie de cuatro obras fechada en 1987 muestra la necesidad de diversidad que anima permanentemente su propuesta. La serie “Los pozos” también de 1987 es cercana a su anterior obra y mantiene el pulso donde la imagen y técnica luchan un espacio igualitario. Por último “Huellas” de 1991 y dos series de trabajos producidos en 1997 “La piel” y “ La soledad de la muerte”, se distancian de la obra anterior pues el artista explora otros campos que lo aproximan al objeto y al Libro de Artista. Estos últimos trabajos muestran la versatilidad del proceso en su obra, transitando este género, cambiando superficies y ensamblando volúmenes. También el papel hecho a mano está presente como soporte de estos dibujos.
Tenemos entonces un artista que disfruta de su trabajo, que refleja el momento de cruces humanos, sus personajes muestran historias concretas y nos permite desde el arte entrar a un mundo con cierto misterio y con la necesidad de descubrir las relaciones que establece su propia obra
Matilde Marín
Buenos Aires, enero de 2014
Juan Canavesi
Dibujos 1984-2014
Rebelión de la carne, de sus formas, aún en la belleza. En los dibujos de Juan Canavesi los cuerpos no soportan ser definidos.
En esta retrospectiva salen a la luz fuerzas ocultas de una línea académica que a la vez resiste toda convención. El dibujo fértil estalla en protagonismo y a la vez sabe replegarse. Su huella nunca desaparece, ligado a otros lenguajes como la escultura, la instalación, la danza, los objetos, la escenografía y el grabado, los libros de artista, los collages. El dibujo nunca está solo. Discurre todo el tiempo por los caminos de su obra y se mimetiza, se hace uno con ella.
Aves, mamíferos, hombres, y todo a la vez.
La animalidad siempre, como el sexo, la violencia y la muerte.
En gran parte de estos dibujos el cuerpo humano es nombrado en su fragmento. Una pierna se interrumpe en un punto, la cabeza falta a veces. El cuerpo entra en una zona de silencio.
Como un rayo, la obscenidad esparce imágenes inquietantes.
La línea firme marca el plano con precisión.
La imagen maniatada, enlazada, forcejea burlona, poseída.
Recias líneas de un enjambre erigen las imágenes de Factus (1984). El torso respira, un ave quiere nacer. La cinta amarra la figura. En el reverso de las dóciles formas que la cera otorga en Tesis (1985, obra con la cual gana la beca del Fondo Nacional de las Artes) el lápiz carbón, la tinta, o la sanguínea llevan al límite de la abstracción las formas dibujadas.
Los Atrapados (1987) con sus mordazas, soportan un gran peso y la desintegración en otro cuerpo; cuando el dibujo se recorta en los collages, la anatomía enloquece, libera pulsiones y algunos colores se despliegan.
Los Pozos (1987) oprimen: vemos a sus habitantes sólo de lejos, desde arriba. Sofoca este encierro, esta cruz. Alienación, castigo, angustia.
Las escenas de Amores Corruptos (1989) son decididamente provocativas: uno de sus personajes se masturba; un horizonte emerge en la cabeza de un pene, y una mujer ríe con su cara masculina. En Huellas (1991), cabezas y rostros se lamentan. Los decapitados hombres de Los Probadores de Miriñaques (dibujo de ocho metros y escultura, 1995), pura potencia sexual, son sólo torsos, trazo y materia. Zoo humano (1997), la serie erótica que otra vez aprovecha el vínculo dibujo-collage, desnuda lujurias tomadas de revistas.
Muy distantes de estas imágenes, por momentos sórdidas, están los amantes de La Piel (libro objeto circular con textos del artista), cuya intimidad se acerca a los placeres del “Aprendiz de vuelo” y su maestro, en Studio per un omaggio. (1998), serie amorosa, de delicado erotismo. Belleza del desnudo.
Aker (2014), en el final, y sus tres cabros de ojos sagaces a la vez que dulces, viene a revelar que la mirada del artista ha cambiado, aunque él sea el mismo.
Curadora, Verónica Molas